Manolo Medina

Al actor Manolo Medina quiso el destino traerle a Málaga hace muchos años, tantos que su alma jerezana tuvo que aceptar compartir espacio y talento con esta ciudad, cuna de otros artistas que, al igual que él, ocupan un lugar privilegiado en el corazón de todos nosotros y de la historia.

Llegó con el humor y la gracia natural que heredó de su madre Consuelo. Entró indudablemente a matar, pero de risa, con la esperanza de ser entendido y aplaudido, con el anhelo de ganarse la confianza del público y la amistad de la gente. Y así fue…

Aquí triunfó con un espectáculo que ya había recorrido los teatros de media Andalucía, aquí se hizo grande, aquí echó raíces sobre el escenario del Teatro Alameda, con Dos hombres solos, sin punto com… ni ná, una obra que llegó a batir records históricos de asistencia de público y permanencia ininterrumpida en el proscenio de la interpretación vital de la sonrisa. Diecisiete años, se dice pronto, son los que acompañan y arropan la escena. Y aquí fue donde se cumplió el extraordinario aniversario como no podía ser de otra forma, en su Málaga querida, su bastión, su fortaleza, su hogar. Aquí vino a compartir tanto cariño y amor con su público, verdaderos adictos que repiten una y otra vez, que sienten la cercanía de Manolo Medina: Un hombre solo, sin punto com… ni ná que despierta cada mañana frente al mar, agradecido a una tierra que le ha regalado, como bien dice él, «un mundo entero».